Los pasteles salados encajan a la perfección con el verano como platos fríos y ligeros con los que combatir el intenso calor.
Un pastel frío salado se puede llevar a cualquier picnic o celebración al aire libre, y como plato para compartir puede hacer las delicias de muchos comensales.
Los pasteles de pescado arreglan un día de playa y también la mejor de las celebraciones, por ejemplo con el siempre tradicional pastel de cabracho.
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