Su origen es incierto, pero su elaboración recuerda a otras recetas clásicas de la cocina tradicional, donde los ingredientes sencillos se transformaban en platos deliciosos.
Ingredientes:
- Aceite de oliva
- 4 huevos
- Mantequilla
- Harina
- Leche
- Nuez moscada
- Canela
- Huevo
- pan rallado
- Sal
Preparación
En una sartén calentamos el aceite e introducimos un aro redondo para poner dentro el huevo y que nos quede con forma redonda.
Cuando esté listo, lo retiramos de la sartén y lo ponemos sobre un plato para desmoldarlo ayudándonos de un cuchillo. Repetimos este proceso tantas veces como el número de unidades que quieras.
Fundimos la mantequilla y después añadimos la harina, mezclamos hasta que la harina se disuelva y se tueste un poco. Seguidamente, añadimos la leche. Cocinamos hasta que la salsa se espese y para terminarla, fuera de fuego, añadimos la sal, la nuez moscada y la canela.
En un plato alargado hacemos tantas montañas de salsa bechamel como huevos tengamos. Encima de cada una de las montañas ponemos un huevo frito y los cubrimos con más bechamel.
Una vez listos, los ponemos en la nevera durante dos horas.
Una vez hayamos pasado el tiempo de reposo y la salsa bechamel haya endurecido, los pasamos por huevo batido y después por pan rallado.
Los freímos en abundante aceite caliente y cuando estén dorados de un lado, les damos la vuelta y esperamos a que se doren por el otro.
A medida que los vayamos retirando del fuego, los dejamos sobre papel absorbente para retirar el exceso de aceite.
Servimos enseguida.
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