La tarta de queso sin horno, es un clásico entre los clásicos. Una tarta fría que resulta una estupenda idea para preparar como postre, como tarta de cumpleaños, o para una fiesta, en general. Es muy fácil de hacer y con ingredientes sencillos.
Ingredientes:
- 100 gr de galletas
- 50 gr de mantequilla
- 500 gr de queso crema tipo Philadelphia
- 500 gr de nata para montar
- 100 gr de azúcar
- 1 sobre de cuajada para postres
- 250 gr de mermelada de fresa
Preparación
Para comenzar, preparamos la base de nuestra tarta. En un vaso batidor ponemos las galletas cortadas en pequeños tozos y con ayuda de una batidora, las trituramos. Una vez hecho, añadimos la mantequilla derretida y mezclamos con una cuchara. Al final, nos tiene que quedar una textura similar a la de una arena húmeda.
Introducimos esta mezcla en un molde desmontable y lo esparcimos bien por toda la superficie.
Aplastamos con un vaso o una cuchara. Debe quedar bien compacto y sin huecos libres. Especialmente por los bordes. Esta base, será la que sujete nuestra tarta de queso sin horno. Metemos en la nevera mientras seguimos con el siguiente paso.
En una cazuela, ponemos el queso crema, la nata y el azúcar. Vamos mezclando mientras calentamos a fuego suave. Que no llegue a hervir.
La idea es que los ingredientes se derritan y se integren bien entre sí.
A continuación, es el turno de añadir la cuajada. Lo hacemos siguiendo las instrucciones del fabricante.
Volvemos a mezclar brevemente para que la cuajada se integre bien con el resto de ingredientes.
Vertemos esta mezcla sobre la base de galleta que habíamos preparado, la cual ya estará algo fría y más compacta, después de haber estado en la nevera. Dejamos reposar a temperatura ambiente unos 10 minutos.
Pasados esos 10 minutos de reposo, devolvemos la tarta de queso sin horno a la nevera. Ahora la dejamos aquí hasta que cuaje por completo. Mínimo 4 horas pero si la dejas un día entero, mejor. Se habrá asentado mejor.
Finalmente, tan sólo queda untarla, por su superficie, con mermelada de fresas o frambuesas.
Si te cuesta un poco, puedes calentarla para licuarla más. Tan sólo es verterla en su superficie.
Esperamos a que vuelva a enfriar y desmoldamos.
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