Un potaje de garbanzos, que se acompaña de unas sabrosas albóndigas de bacalao y huevo duro, un plato de cuchara digno del paladar más exigente y perfecto para el día a día.
Ingredientes
- 400 gr de bacalao desalado
- 400 gr de garbanzos cocidos
- 1 cebollas y media
- 1 diente de ajo
- 4 huevos
- 2 rebanadas de pan del día anterior
- 100 ml de leche
- 1 ramita de perejil
- 1 litro de caldo de pescado
- Harina
- Aceite de oliva
- ½ cucharadita de pimentón dulce
- Sal
Preparación
Cocemos 3 huevos durante 10 minutos en agua salada, pasado ese tiempo los refrescamos con agua fría y los pelamos. Remojamos el pan con la leche. Lavamos el perejil, pelamos el ajo y picamos los dos muy finos.
Limpiamos el bacalao, lo lavamos y desmigamos. Lo colocamos en un cuenco con el huevo, el ajo y la mitad del perejil. Escurrimos el pan, lo agregamos y mezclamos muy bien todo.
Formamos bolitas con esta masa, las enharinamos, las freímos en abundante aceite y cuando e4sten doradas las escurrimos sobre papel absorbente.
Enjuagamos los garbanzos muy bien y los escurrimos también. Cortamos los huevos cocidos en cuartos y reservamos la yema de uno.
Pelamos la cebolla y la picamos fina. Calentamos 4 cucharadas de aceite en una cazuela, añadimos la cebolla y sofreímos 7 minutos. Agregamos ½ cucharada de harina y el pimentón, y removemos. Trituramos el sofrito con un poco de caldo y la yema, pasándolo por la batidora.
Lo añadimos a la cazuela, con los garbanzos, el resto del caldo y las albóndigas. Sazonamos y cocemos todo junto 10 minutos.
Pasado ese tiempo decoramos con los huevos y el perejil restante, y servimos.
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