𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮. 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘁𝗮𝗹, 𝗽𝗿𝗼𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗲𝗴𝗼 𝝲𝝰𝞂𝞃𝞀𝝾𝝼𝝾𝝻𝝸́𝝰 (𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮). 𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗲𝘁𝗮𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗴𝗿𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗲́𝗰𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗲́𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗮𝘀𝗶́ 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘃𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼́𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀.


Cocinar es una actividad que permite unir a la familia en torno a la cocina y a la mesa, preparar platos diversos y aprovechar el tiempo libre en una actividad provechosa. Cocinar pone a prueba tu habilidad, tu creatividad y la capacidad de innovar. La gastronomía va más allá de comer; se trata de una actividad que tiene una historia y hace parte de la cultura.

Tarta de queso de La Viña

 


Mezclar, hornear, reposar y a disfrutarla, no tiene mucho más. Además del sabor, también es muy destacable su textura, que según si la horneas más o menos tiempo quedará más desmigada o por contra más compacta, pero muy rica en ambos casos. Es una de esas tartas ideales para preparar incluso quienes no han elaborado nunca una, siempre queda de 10.




Ingredientes:



- 600 gr de queso crema.
- 4 huevos L.
- 300 ml de nata líquida para montar (mínimo 35% materia grasa). Debe estar bien fría, recién sacada de la nevera.
- 180 gr de azúcar blanco.
- 1 cucharada sopera rasa de harina de trigo o de maicena.




Preparación



Precalentamos el horno a 200º C con calor arriba y abajo (sin ventilador).

Para preparar la mezcla puedes utilizar varillas manuales, varillas eléctricas o un robot amasador. Hay que intentar no introducir aire en la mezcla por lo que el batido no debe ser muy exagerado sino simplemente para mezclar los ingredientes.

Empezamos batiendo el queso crema hasta que no tenga grumos y el aspecto sea de una crema homogénea.

Añadimos el azúcar y batimos hasta que esté bien integrado, apenas 2-3 minutos.

Vamos cascando los huevos y añadiéndolos de uno en uno: cuando un huevo ya se haya integrado en la mezcla, añadimos el siguiente.

Incorporamos la harina y mezclamos de nuevo hasta verla desaparecer.

Por último echamos la nata y mezclamos bien hasta que el resultado sea totalmente homogéneo.

Cortamos una buena cantidad de papel de horno, que sepamos que va a rebosar del molde (que debe ser desmontable), lo arrugamos y lo ponemos cubriendo el molde, así arrugándolo se adapta mejor. 

La idea es que las paredes del molde queden de sobra cubiertas porque la tarta sube bastante en el horno y así se evita que se salga.

Vertemos la mezcla en el molde y lo introducimos en el horno a altura media.

Horneamos la tarta unos 40 minutos si la quieres de textura suelta 
o unos 50 minutos para que quede más compacta. 

La vigilamos a partir de los 30 y si se está dorando mucho por encima la cubrimos con papel de aluminio y seguimos horneándola.

Cuando esté lista abrimos un poco la puerta del horno y dejamos que se enfríe lentamente durante 4 o 5 horas.

Cuando esté a temperatura ambiente la metemos en la nevera y la dejamos reposar de un día para otro.


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