¿A quién no le gusta acabar una buena mesa, con unas deliciosas lionesas rellenas de trufa? Nosotros os pasamos la receta, para que dejéis a vuestros amigos encantados. También podemos rellenarlas de nata montada o con crema pastelera.
Ingredientes:
- 150 gr de harina
- 4 huevos
- 100 gr de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 2 cucharaditas de azúcar
- 1 yema de huevo
- 4 huevos
- 100 gr de mantequilla
- 1 pizca de sal
- 2 cucharaditas de azúcar
- 1 yema de huevo
Para el relleno
- 2 dl de nata para montar
- 80 gr de azúcar
- 4 cucharadas de cacao en polvo
Preparación
Ponemos una cazuela al fuego con 2 dl de agua, la mantequilla, el azúcar y la sal, y llevamos a ebullición. Añadimos la harina en forma de lluvia y cocemos, removiendo despacio con una cuchara de madera, hasta que la masa se despegue de las paredes.
Retiramos del fuego y esperamos unos minutos para que se temple. Cascamos los huevos y los añadimos a la preparación anterior, de uno en uno y sin dejar de remover; no agregamos el siguiente hasta que el anterior esté totalmente integrado. Introducimos la masa resultante en una manga pastelera con boquilla lisa y ancha.
Precalentamos el horno a 200º C. Forramos una fuente refractaria con una hoja de papel sulfurizado; formamos sobre ésta rosetones de masa, separados entre sí.
Batimos la yema con un tenedor. Pintamos las lionesas con ella, con ayuda de un pincel de cocina.
Las horneamos unos 15 minutos, hasta que la superficie empiece a dorarse. Bajamos la temperatura del horno a 180º C y proseguimos la cocción durante 5 minutos.
Las retiramos del horno, las pasamos a una fuente y dejamos templar.
Disponemos la nata, que debe estar muy fría, en un cuenco también helado. La montamos ligeramente, mejor con varillas eléctricas.
Cuando empiece a estar consistente, añadimos el cacao y el azúcar, y continuamos batiendo hasta incorporarlos.
Pasamos la trufa obtenida a una manga pastelera con boquilla estriada y la dejamos enfriar en la nevera hasta el momento de utilizarla.
Cortamos las lionesas por la mitad a lo ancho, con un cuchillo o una tijeritas, sin llegar a separar las dos partes. Las rellenamos con un rosetón de trufa y las reservamos en el frigorífico hasta el momento de servir.
Para adornarlas las espolvoreamos, en el último momento, con cacao, con canela o con azúcar glas.
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