En realidad, no son unas croquetas propiamente dichas, pues no llevan bechamel (ni ningún tipo de lácteo) y básicamente son una bolita de puré de patata rebozada, crujiente por fuera y blandita por dentro.
Ingredientes:
- 1 kg de patatas peladas
- 100 gr de mantequilla
- 3 yemas de huevo
- Sal
- Pimienta
- Mezcla de especias árabes
- Harina de garbanzos
- 1 huevo
- Harina de maíz
- Aceite para freír
Preparación
Enjuagamos muy bien las patatas y las cocemos en abundante agua con una pizca de sal. El tiempo de cocción dependerá del tamaño de las patatas, por lo que es recomendable que todas sean de un tamaño similar.
Cuando estén cocidas (podemos pincharlas con un cuchillo para asegurarnos de que están blandas), las pelamos con cuidado de no quemarnos y, sin dejar que se enfríen, las pasamos por el pasa purés. Si no dispones de uno puedes chafarlas con un tenedor o incluso usar la amasadora: ponemos las patatas en el bol y las batimos con la pala de mezclar a velocidad media.
Añadimos los huevos, la mantequilla, salpimentamos al gusto y añadimos las especias que más nos gusten (en esta ocasión me he decantado por una mezcla de especies árabes). Mezclamos bien y dejamos enfriar.
Con la ayuda de las manos hacemos bolitas con la masa de patata, la pasamos por la harina de garbanzos, después por el huevo y, finalmente por la harina de maíz.
Freímos en abundante aceite muy caliente hasta que las croquetas de patata estén doradas. Las colocamos sobre papel absorbente para eliminar el exceso de aceite y servimos calientes.
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