Los típicos buñuelos de calabaza adquieren una presentación muy especial en tierras valencianas. Se preparan en forma de rosco y quedan ligeros, esponjosos y con ese apetitoso sabor de la calabaza que los identifica.
Ingredientes:
- 300 gr de calabaza limpia y sin piel
- 400 gr de harina de trigo
- 25 gr de levadura fresca de panadería
- 1 vaso de agua de la cocción de la calabaza
- 1 l de aceite de oliva o girasol para freír
- 2 cucharadas soperas de azúcar blanca
Preparación
Cocemos la calabaza cubriéndola con agua y dejamos hervir hasta que se reblandezca. Si haces los pedazos pequeños necesitará mucho menos tiempo, pero aproximadamente debemos tenerla media hora. Vamos pinchando los trozos para ver si están tiernos.
Una vez cocida reservamos el agua de su cocción, aplastamos con un tenedor la calabaza.
Una vez el caldo de cocer la calabaza esté tibio, lo utilizamos para diluir la levadura fresca, no debe de estar demasiado caliente, pero tampoco frío, puesto que el calor del caldo será efectivo para accionar la levadura.
Añadimos también la harina y removemos para mezclar hasta que quede fusionada en su totalidad. Poco a poco, se irán añadiendo ingredientes a la masa y tomará mas cuerpo para poder manejarla con mas facilidad.
Ve añadiendo la calabaza en porciones y removiendo hasta que queden totalmente integrados todos los ingredientes. Su aspecto no debe ser de una masa líquida y, si fuese así, añadimos poco a poco más harina; ella misma te lo irá pidiendo. No tiene que quedar una masa compacta ni dura, sino todo lo contrario, debe ser algo pegajosa.
Añadimos el azúcar y continuamos removiendo. Podemos amasar, si queremos, con las manos, pero comprobaremos que la masa se pega ligeramente entre los dedos, una vez ya esté todo integrado, ya está lista la masa.
Es el momento en que debemos dejar la masa en reposo una hora para que leve y doble su volumen, así que tapamos el recipiente con papel film y llevamos a un lugar cálido sin corrientes, como por ejemplo el horno o el microondas.
Pasado ese tiempo ponemos aceite en una sartén y dejamos calentando a fuego alto.
Tomamos una pequeña porción de masa y hundimos nuestro dedo pulgar en el centro para marcar el agujero mientras depositamos la masa con cuidado dentro del aceite ya caliente, veremos que los primeros nunca salen perfectos, pero se irán formando poco a poco.
Preparamos una fuente o plato con papel absorbente para ir depositando los buñuelos que ya están fritos.
Podemos comer solos, fríos o calientes
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