𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮. 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘁𝗮𝗹, 𝗽𝗿𝗼𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗲𝗴𝗼 𝝲𝝰𝞂𝞃𝞀𝝾𝝼𝝾𝝻𝝸́𝝰 (𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮). 𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗲𝘁𝗮𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗴𝗿𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗲́𝗰𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗲́𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗮𝘀𝗶́ 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘃𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼́𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀.


Cocinar es una actividad que permite unir a la familia en torno a la cocina y a la mesa, preparar platos diversos y aprovechar el tiempo libre en una actividad provechosa. Cocinar pone a prueba tu habilidad, tu creatividad y la capacidad de innovar. La gastronomía va más allá de comer; se trata de una actividad que tiene una historia y hace parte de la cultura.

Buñuelos de calabaza valencianos

 

Los típicos buñuelos de calabaza adquieren una presentación muy especial en tierras valencianas. Se preparan en forma de rosco y quedan ligeros, esponjosos y con ese apetitoso sabor de la calabaza que los identifica.





Ingredientes:


- 300 gr de calabaza limpia y sin piel
- 400 gr de harina de trigo
- 25 gr de levadura fresca de panadería
- 1 vaso de agua de la cocción de la calabaza
- 1 l de aceite de oliva o girasol para freír
- 2 cucharadas soperas de azúcar blanca




Preparación



Cocemos la calabaza cubriéndola con agua y dejamos hervir hasta que se reblandezca. Si haces los pedazos pequeños necesitará mucho menos tiempo, pero aproximadamente debemos tenerla media hora. Vamos pinchando los trozos para ver si están tiernos.

Una vez cocida reservamos el agua de su cocción, aplastamos con un tenedor la calabaza.

Una vez el caldo de cocer la calabaza esté tibio, lo utilizamos para diluir la levadura fresca, no debe de estar demasiado caliente, pero tampoco frío, puesto que el calor del caldo será efectivo para accionar la levadura.

Añadimos también la harina y removemos para mezclar hasta que quede fusionada en su totalidad. Poco a poco, se irán añadiendo ingredientes a la masa y tomará mas cuerpo para poder manejarla con mas facilidad.

Ve añadiendo la calabaza en porciones y removiendo hasta que queden totalmente integrados todos los ingredientes. Su aspecto no debe ser de una masa líquida y, si fuese así, añadimos poco a poco más harina; ella misma te lo irá pidiendo. No tiene que quedar una masa compacta ni dura, sino todo lo contrario, debe ser algo pegajosa.

Añadimos el azúcar y continuamos removiendo. Podemos amasar, si queremos, con las manos, pero comprobaremos que la masa se pega ligeramente entre los dedos, una vez ya esté todo integrado, ya está lista la masa.

Es el momento en que debemos dejar la masa en reposo una hora para que leve y doble su volumen, así que tapamos el recipiente con papel film y llevamos a un lugar cálido sin corrientes, como por ejemplo el horno o el microondas.

Pasado ese tiempo ponemos aceite en una sartén y dejamos calentando a fuego alto.

Tomamos una pequeña porción de masa y hundimos  nuestro dedo pulgar en el centro para marcar el agujero mientras depositamos la masa con cuidado dentro del aceite ya caliente, veremos que los primeros nunca salen perfectos, pero se irán formando poco a poco.

 Preparamos una fuente o plato con papel absorbente para ir depositando los buñuelos que ya están fritos.

Podemos comer solos, fríos o calientes




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