𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮. 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘁𝗮𝗹, 𝗽𝗿𝗼𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗲𝗴𝗼 𝝲𝝰𝞂𝞃𝞀𝝾𝝼𝝾𝝻𝝸́𝝰 (𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮). 𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗲𝘁𝗮𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗴𝗿𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗲́𝗰𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗲́𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗮𝘀𝗶́ 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘃𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼́𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀.


Cocinar es una actividad que permite unir a la familia en torno a la cocina y a la mesa, preparar platos diversos y aprovechar el tiempo libre en una actividad provechosa. Cocinar pone a prueba tu habilidad, tu creatividad y la capacidad de innovar. La gastronomía va más allá de comer; se trata de una actividad que tiene una historia y hace parte de la cultura.

Postre frío de melocotón con sorbete de limón

 



Este refrescante semifrío tiene dos partes, una crema helada hecha con melocotón que hemos cocido en un almíbar casero y por otra, sorbete de limón. 






Ingredientes:




PARA EL SEMIFRÍO

- 3 melocotones
- 370 gr de leche condensada
- 100 gr de azúcar
- 3 claras de huevo
- 1 pizca de sal



PARA EL SORBETE DE LIMÓN

- 250 gr de azúcar
- 150 ml de zumo de limón
- 2 claras de huevo
- 1 pizca de sal




Preparación



Pelamos los melocotones, los partimos por la mitad, los retiramos los huesos y cortamos la pulpa en dados pequeños.

Ponemos medio litro de agua con el azúcar en una cazuela. La llevamos a ebullición, y cuando hierva añadimos los melocotones y los escaldamos unos segundos. Los retiramos del fuego, tapamos y dejamos reposar al menos 3 horas.

Escurrimos el melocotón del almíbar, llevamos este de nuevo a ebullición y escaldamos otra vez la fruta. La escurrimos nuevamente, la pasamos al vaso de la batidora y la trituramos con unas cucharadas del líquido de cocción hasta obtener un puré fino.

 Añadimos la leche condensada y seguimos batiendo hasta que todo quede perfectamente integrado.

Montamos las claras a punto de nieve con la sal y las incorporamos a la preparación anterior, poco a poco y con movimientos envolventes para que no pierdan volumen.

Vertemos la crema resultante en un recipiente de paredes bajas y lo introducimos en el congelador. Pasada 1 hora, la batimos con un tenedor para romper los cristales de hielo que se hayan formado. Congelamos de nuevo durante 30 minutos y batimos de la misma forma. 

Repetimos la operación una vez más, transcurridos otros 30 minutos, y dejamos en el congelador durante un mínimo de 4 horas.

Mezclamos, en un cazo, 250 ml de agua con el azúcar. Removemos hasta que esta se disuelva y llevamos a ebullición.

 Cocemos durante 1 minuto, mezclando continuamente. Retiramos y dejamos enfriar. 

Una vez fría incorporamos el zumo de limón y las claras montadas a punto de nieve bien firme con la sal. 

Vertemos la mezcla en un molde no muy profundo, mejor metálico, y congelamos 2 horas. La batimos con un tenedor para romper los cristales de hielo. Volvemos a congelar y repetimos la operación 3 veces.

Unos 10 minutos antes de llevar el postre a la mesa, pasamos el helado y el sorbete a la nevera para que resulten más manejables. 

Repartirlos en copas o vasos de cristal, formando capas alternas con una cuchara. 

Si se reblandecen en exceso, dejarlos de nuevo en el congelador hasta el momento de servirlos.


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