𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮. 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘁𝗮𝗹, 𝗽𝗿𝗼𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗲𝗴𝗼 𝝲𝝰𝞂𝞃𝞀𝝾𝝼𝝾𝝻𝝸́𝝰 (𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮). 𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗲𝘁𝗮𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗴𝗿𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗲́𝗰𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗲́𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗮𝘀𝗶́ 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘃𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼́𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀.


Cocinar es una actividad que permite unir a la familia en torno a la cocina y a la mesa, preparar platos diversos y aprovechar el tiempo libre en una actividad provechosa. Cocinar pone a prueba tu habilidad, tu creatividad y la capacidad de innovar. La gastronomía va más allá de comer; se trata de una actividad que tiene una historia y hace parte de la cultura.

Risotto a la milanesa

 

El risotto a la milanesa con azafrán es una receta italiana exquisita, uno de los risottos más simples y famosos que existen. La receta es muy sencilla. La nota de color y sabor la pone el azafrán, ingrediente imprescindible en esta receta. 




Ingredientes:


- 400 gr de arroz arborio o arroz especial para risotto.
- 1 cebolla.
- 100 ml de vino blanco.
- 1,5 litros de caldo de carne o de pollo.
- 50 gr de queso parmesano o grana padano 
- 10 hebras de azafrán 
- Mantequilla 
- Sal.




Preparación


Pelamos la cebolla y la picamos muy finita.

En una olla baja echamos un poco de mantequilla y sal y la ponemos a fuego medio-bajo. Cuando esté caliente la mantequilla incorporamos la cebolla y vamos removiéndola de vez en cuando. Cocinamos alrededor de 10 minutos, hasta que esté tierna y ligeramente dorada.

Vamos calentando el caldo ya que hay que ir echándoselo al risotto caliente. Lo podemos hacer en un cazo en el fuego debe estar prácticamente hirviendo o casi. 

Cuando la cebolla esté lista subimos el fuego un poco, echamos el arroz y cocinamos un poco, que se tueste ligeramente, durante 2 o 3 minutos removiéndolo para que se mezcle con la cebolla.

Subimos el fuego para que esté a temperatura alta y vertemos el vino blanco. 

Mantenemos así el fuego para que se evapore el alcohol, tardará unos 2-3 minutos.

Ahora volvemos a bajar el fuego a temperatura media y vamos añadiendo caldo caliente en tandas, una buena medida sería un vaso, y cuando el arroz lo haya absorbido casi por completo añadimos otra medida.

La idea es continuar el proceso durante entre 15 y 20 minutos (a veces en el propio paquete del arroz nos indica los minutos que necesita).

Vamos removiendo de vez en cuando el arroz y siempre que le echemos caldo debe estar bien caliente. Respecto a la cantidad de líquido, lo estimado es 1,5 litros aunque puede haber variaciones y si tu risotto está antes de gastarlo por completo, no necesita más.

Cuando lleve unos 15 vamos probando el arroz para comprobar el punto. El punto perfecto es que debe estar jugoso y con el centro hecho, que no se note duro, pero que en ningún caso llegue a estar pasado.

Trituramos un poco las hebras de azafrán (con un mortero o incluso con los propios dedos) y las echamos en un recipiente con un poco de caldo. Removemos con una cuchara para que el azafrán despliegue todo su aroma y también su característico color amarillo.

Cuando el risotto esté listo echamos el azafrán con el líquido y lo  mezclamos bien.

Apagamos el fuego, apartamos la olla e incorporamos el queso parmesano rallado junto con un poco de mantequilla  y mezclamos todo con el risotto.


Probamos por si hay que rectificarlo de sal y tapamos la olla para que repose 5 minutos.

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