El sabor y el olor de este plato son un lujo y más sabiendo de la simplicidad y calidad de sus ingredientes principales, un arroz de primera, unos tomates secados y conservados en aceite y una maravillosa y aromática albahaca fresca. Sin duda un plato de sobresaliente.
Ingredientes:
- 320 g. de arroz especial risottos
- 100 g. de tomates secos en aceite de oliva escurridos
- 100 g. de cebolla
- 1 diente de ajo
- 100 ml. de vino blanco
- 1,5 litro de caldo de verduras
- 50 g. de mantequilla
- 16 hojas de albahaca fresca
- 50 g. de queso Parmesano
- Sal
- pimienta negra recién molida al gusto
Preparación
Escurrimos los tomates secos del aceite y los cortamos en tiras y reservamos.
Pelamos el diente de ajo y la cebolla y los cortamos en dados pequeños. Cortamos las hojas de albahaca en tiras, dejando algunas enteras para la presentación final del risotto. Reservamos.
En una cazuela ancha, que luego emplearemos para hacer el risotto, calentamos una nuez de mantequilla, unos 40 g. Cuando la mantequilla esté caliente añadimos la cebolla y el ajo troceados. Sofreímos la verdura hasta que esté blandita y dorada.
Añadimos los tomates secos que tenemos reservados y los rehogamos 1 o 2 minutos con la cebolla. Salpimentamos ligeramente.
Añadimos el arroz a la cazuela y comenzamos a tostarlo sin parar de remover, durante 3 o 4 minutos. Estará en su punto cuando veamos que comienza a ponerse transparente.
Añadimos vino blanco, dejamos que se reduzca durante 1 o 2 minutos sin parar de remover.
Es el momento de comenzar a añadir el caldo que debemos tener caliente. Incorporamos el líquido cucharón a cucharón, poco a poco.
Sin parar de remover, dejamos que al arroz se vaya cocinando y absorba el caldo ante de añadir el siguiente cucharón. Vamos vigilando el proceso para asegurarnos que la textura que va adquiriendo el arroz no sea ni muy seca ni muy húmeda.
Antes de terminar de incorporar todo el caldo, añadimos las hojas de albahaca fresca troceadas. El proceso de cocción del arroz durará entre 18 a 22 minutos. Cuando lleguemos al punto óptimo del cocción del arroz retiramos la cazuela del fuego.
Llegó el momento de “mantecar” el arroz. Para ello añadimos a la cazuela el resto de mantequilla y el queso parmesano rallado. Removemos vigorosamente para que todos los ingredientes se amalgamen y el arroz adquiera su cremosidad.
Servimos el arroz en el momento decorado con las hojas de albahaca que hemos reservado, aprovechando su punto de cremosidad.
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