𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝗲𝘀 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗲𝗽𝗮𝗿𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝘂𝗻𝗮 𝗯𝘂𝗲𝗻𝗮 𝗰𝗼𝗺𝗶𝗱𝗮. 𝗟𝗮 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮, 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘁𝗮𝗹, 𝗽𝗿𝗼𝘃𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗱𝗲𝗹 𝗴𝗿𝗶𝗲𝗴𝗼 𝝲𝝰𝞂𝞃𝞀𝝾𝝼𝝾𝝻𝝸́𝝰 (𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮). 𝗟𝗮 𝗴𝗮𝘀𝘁𝗿𝗼𝗻𝗼𝗺𝗶́𝗮 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗺𝗽𝗼𝗻𝗲 𝗱𝗲 𝘂𝗻 𝗰𝗼𝗻𝗷𝘂𝗻𝘁𝗼 𝗱𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗼𝗰𝗶𝗺𝗶𝗲𝗻𝘁𝗼𝘀 𝘆 𝗽𝗿𝗮́𝗰𝘁𝗶𝗰𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗹𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗮𝗱𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗻 𝗲𝗹 𝗮𝗿𝘁𝗲 𝗰𝘂𝗹𝗶𝗻𝗮𝗿𝗶𝗼, 𝗹𝗮𝘀 𝗿𝗲𝗰𝗲𝘁𝗮𝘀, 𝗹𝗼𝘀 𝗶𝗻𝗴𝗿𝗲𝗱𝗶𝗲𝗻𝘁𝗲𝘀, 𝗹𝗮𝘀 𝘁𝗲́𝗰𝗻𝗶𝗰𝗮𝘀 𝘆 𝗹𝗼𝘀 𝗺𝗲́𝘁𝗼𝗱𝗼𝘀, 𝗮𝘀𝗶́ 𝗰𝗼𝗺𝗼 𝘀𝘂 𝗲𝘃𝗼𝗹𝘂𝗰𝗶𝗼́𝗻 𝗵𝗶𝘀𝘁𝗼́𝗿𝗶𝗰𝗮 𝘆 𝘀𝘂𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗻𝗶𝗳𝗶𝗰𝗮𝗰𝗶𝗼𝗻𝗲𝘀 𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹𝗲𝘀.


Cocinar es una actividad que permite unir a la familia en torno a la cocina y a la mesa, preparar platos diversos y aprovechar el tiempo libre en una actividad provechosa. Cocinar pone a prueba tu habilidad, tu creatividad y la capacidad de innovar. La gastronomía va más allá de comer; se trata de una actividad que tiene una historia y hace parte de la cultura.

Risotto de tomate seco y albahaca

  


El sabor y el olor de este plato son un lujo y más sabiendo de la simplicidad y calidad de sus ingredientes principales, un arroz de primera, unos tomates secados y conservados en aceite y una maravillosa y aromática albahaca fresca. Sin duda un plato de sobresaliente.







Ingredientes:


- 320 g. de arroz especial risottos
- 100 g. de tomates secos en aceite de oliva escurridos
- 100 g. de cebolla
- 1 diente de ajo
- 100 ml. de vino blanco
- 1,5 litro de caldo de verduras
- 50 g. de mantequilla
- 16 hojas de albahaca fresca
- 50 g. de queso Parmesano
- Sal 
- pimienta negra recién molida al gusto


Preparación


Escurrimos los tomates secos del aceite y los cortamos en tiras y reservamos. 

Pelamos el diente de ajo y la cebolla y los cortamos en dados pequeños. Cortamos las hojas de albahaca en tiras, dejando algunas enteras para la presentación final del risotto. Reservamos.

En una cazuela ancha, que luego emplearemos para hacer el risotto, calentamos una nuez de mantequilla, unos 40 g.  Cuando la mantequilla esté caliente añadimos la cebolla y el ajo troceados. Sofreímos la verdura hasta que esté blandita y dorada.

Añadimos los tomates secos que tenemos reservados y los rehogamos 1 o 2 minutos con la cebolla. Salpimentamos ligeramente. 

Añadimos el arroz a la cazuela y comenzamos a tostarlo sin parar de remover, durante 3 o 4 minutos. Estará en su punto cuando veamos que comienza a ponerse transparente. 

Añadimos vino blanco, dejamos que se reduzca durante 1 o 2 minutos sin parar de remover. 
 
Es el momento de comenzar a añadir el caldo que debemos tener caliente. Incorporamos el líquido cucharón a cucharón, poco a poco. 

Sin parar de remover, dejamos que al arroz se vaya cocinando y absorba el caldo ante de añadir el siguiente cucharón. Vamos vigilando el proceso para asegurarnos que la textura que va adquiriendo el arroz no sea ni muy seca ni muy húmeda.

Antes de terminar de incorporar todo el caldo, añadimos las hojas de albahaca fresca troceadas.  El proceso de cocción del arroz durará entre 18 a 22 minutos. Cuando lleguemos al punto óptimo del cocción del arroz retiramos la cazuela del fuego.

Llegó el momento de “mantecar” el arroz. Para ello añadimos a la cazuela el resto de mantequilla y el queso parmesano  rallado. Removemos vigorosamente para que todos los ingredientes se amalgamen y el arroz adquiera su cremosidad.

Servimos el arroz en el momento decorado con las hojas de albahaca que hemos reservado, aprovechando su punto de cremosidad.

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